El Evangelio de Juan se distingue de los otros tres evangelios (Mateo, Marcos y Lucas) por su enfoque teológico y su presentación de Jesús. En lugar de centrarse en la narración de los hechos de la vida de Jesús de forma cronológica, Juan profundiza en su identidad divina y su significado para la humanidad.
Sinopsis:
El evangelio comienza con un prólogo poético que presenta a Jesús como el "Logos" (la Palabra), que existía con Dios desde el principio y a través del cual se creó todo. Juan el Bautista aparece como testigo de la luz, preparando el camino para Jesús.
A lo largo del evangelio, Juan presenta a Jesús a través de una serie de "señales" o milagros que demuestran su poder y divinidad. Estos incluyen la conversión del agua en vino en Caná, la curación del hijo de un oficial del rey, la alimentación de los cinco mil, la resurrección de Lázaro, entre otros.
También se destacan los discursos de Jesús, en los que revela profundas verdades sobre sí mismo, su relación con el Padre, el Espíritu Santo, la vida eterna y el amor. Algunos de los pasajes más conocidos incluyen el diálogo con Nicodemo sobre el nuevo nacimiento (Juan 3), la conversación con la mujer samaritana sobre el agua viva (Juan 4), el discurso del Pan de Vida (Juan 6), y el discurso de despedida a sus discípulos antes de su crucifixión (Juan 14-16).
El evangelio culmina con la pasión, muerte y resurrección de Jesús, presentándolo como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Los últimos capítulos narran sus apariciones a sus discípulos y su comisión de extender el evangelio.
Propósito: