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sábado, 3 de mayo de 2025

Proverbios :: Fuera la Pereza

Cita Bíblica del día de hoy: Proverbios 19:24.

Proverbios 19:24 Reina-Valera 1960
24 El perezoso mete su mano en el plato, y ni aun a su boca la llevará. 

Fuera la Pereza.


Esta imagen que nos presenta el rey Salomón es una exageración, pero es una actitud muy peligrosa porque nos quita la disposición y la voluntad de hacer lo que debemos hacer en un momento determinado, nos hace perder oportunidades valiosas para nuestra vida y para nuestra relación con Dios. 

La imagen es muy descriptiva, el perezoso mete su mano en el plato, pero no lleva la comida a la boca. Esto no llama a la acción en nuestra vida, porque, ¿de qué nos sirve meter la mano en el plato si no vamos a comer? ¿Qué sentido tiene iniciar algo y no terminarlo?

La pereza es una gran barrera en nuestra vida y para nuestro crecimiento espiritual, ¿de qué nos sirve tener una biblia si no la leemos? ¿Para qué ser miembro de una iglesia si no asistimos? ¿Qué beneficio hay si tenemos dones y talentos si no los usamos en servir a Dios y a las personas?

Como hijos de Dios, no dejemos que la pereza nos quite el privilegio de cumplir el propósito de Dios para nuestra vida, de crecer espiritual, social, intelectual y económicamente y, sobre todo, estemos dispuestos a poner en práctica y obediencia a la Palabra de Dios. Yo lo haré, Y ¿TÚ?, Te lo dejo de tarea.



Cuidemos nuestros adultos mayores



Cuando envejecen nuestros padres, se abre un capítulo con matices profundos y significativos. En este trayecto de la vida, tenemos el deber de honrar su amor incondicional permitiéndoles envejecer con la misma ternura con la que nos vieron crecer.

Debemos aprender a escuchar sus historias, aun cuando las hayamos escuchado, con la misma paciencia con la que absorbíamos sus cuentos de infancia. Es el momento de devolverles el regalo de la atención y el interés, tal como ellos lo hicieron por nosotros en nuestros primeros pasos en este mundo.

Dejemos que tengan la razón, en ocasiones, como señal de gratitud por las veces que nos dejaron ganar en juegos y discusiones. Permitámosles disfrutar de sus amigos, al igual que nosotros disfrutábamos de la compañía de los nuestros. Dejemos que las risas con sus nietos llenen sus días, del mismo modo que sus sonrisas llenaron los nuestros.

Respetemos su conexión con los objetos que han sido sus fieles compañeros a lo largo de los años, pues estos objetos son pedazos de su historia, y quitarlos es como arrancarles una parte de su vida. Aprendamos a aceptar sus errores, como ellos aceptaron los nuestros.

La última etapa de sus vidas merece ser un recorrido de felicidad. Debemos esforzarnos por devolverles el apoyo, la paciencia y el amor que nos brindaron cuando comenzábamos nuestro propio camino. Cuando el tiempo los lleve a otro lugar, encontrarás consuelo en saber que les ofreciste un acompañamiento lleno de amor y comprensión.

Honremos a nuestros padres con el regalo de la paciencia y el respeto, brindándoles el amor y el cuidado que merecen en su camino hacia el último horizonte de la vida.

A veces solo necesito recordar esto


Señor mío, gracias por este nuevo día. No sé qué me espera hoy, pero algo en mi corazón respira con más calma cuando recuerdo que Tú estás ahí, viéndome… no para juzgarme desde lo alto, sino para acompañarme paso a paso, incluso cuando yo mismo me pierdo de vista.

A veces me canso, Dios. Me esfuerzo por hacer las cosas bien, por ser fiel, por mantenerme firme, pero me cuesta. A veces siento que no estoy avanzando. Que lo que hago no cuenta. Que nadie lo nota. Y ahí es cuando me hace bien detenerme, cerrar los ojos y recordar que tú me estás viendo.

Tú ves mi corazón cuando me equivoco, pero también cuando intento corregirme. Tú ves las veces que no me rindo, aunque el mundo no lo celebre. Tú ves las batallas que peleo en silencio, esas que nadie conoce, pero que tú acompañas desde el cielo… y desde dentro de mí.

Hoy no quiero impresionarte, Señor. Solo quiero ser sincero contigo. Quiero caminar este día contigo, con la paz de saber que me miras con amor, que me conoces mejor que yo mismo, y que aun así decides no apartar tus ojos de mí.

Gracias por tu fidelidad. Gracias por no cansarte de mí. Gracias por seguir mirándome incluso cuando yo dejo de mirarte. Ayúdame a vivir este día con propósito, con verdad, y con la tranquilidad de que estoy bajo tu mirada, que no es pesada ni exigente, sino llena de ternura y gracia.

Quédate conmigo hoy, Dios. Y recuérdame —cuando se me olvide— que tú estás aquí, viendo cada paso, cada intento, cada lágrima, cada decisión. Porque eso… eso lo cambia todo.

Amen




viernes, 2 de mayo de 2025

El Temor de Dios.

Cita Bíblica del día de hoy: Proverbios 19:23.

Proverbios 19:23 Reina-Valera 1995
23 Él temor de Jehová lleva a la vida; con Él vive del todo tranquilo el hombre y no es visitado por el mal.

El Temor de Jehová.

Hablemos del “Temor de Jehová” que no es tener miedo de Dios como si fuera un tiranos cruel, sino tener un profundo respeto y honra hacia Dios, reconocer su grandeza, soberanía, santidad, justicia, amor, gracia, etc., y que nos permite mantener una relación correcta, humilde y obediente a Él.

En la Biblia se menciona como una virtud que nos llena de sabiduría y del conocimiento de Dios, que es el camino que nos lleva a una vida plena y eterna. Vivir ejercitando la piedad y entregados a Dios, no solo nos lleva a una relación profunda con Dios, también nos permite vivir en paz porque nuestra vida está en sus manos.

“El temor de Jehová”, también nos ayuda a evitar la inmoralidad y la maldad, nos mantiene alejados del pecado y otros vicios que nos alejan de la Voluntad de Dios y que, por el contrario, buscamos hacer el bien, vivir una vida justa y, bajo su dirección y guía, tomar decisiones y acciones para nuestro bien.

El temor de Jehová no es algo que se pueda fingir o comprar, es algo que debemos cultivar y practicar cada día. Un hijo de Dios no vive con miedo a Dios, sino con amor, reverencia, obediencia y santidad en todo lo que hace. Yo quiero vivir en el Temor de Jehová, Y ¿TÚ?, Te lo dejo de tarea.




Miopía espiritual


Un hombre que padecía un serio problema de miopía se consideraba un experto en la evaluación de obras de arte. Un día visitó una galería con su esposa y unos amigos. Debido a que había olvidado los lentes en su casa, no podía ver las pinturas con mucha claridad. Pero eso no le impidió expresar sus opiniones.

Al detenerse ante lo que pensaba era un retrato de cuerpo entero, no dudó en criticarlo, y con cierto aire de superioridad dijo entre otras cosas que el sujeto estaba vestido de forma ordinaria y andrajosa.

Luego continuó con sus comentarios despectivos hasta que su esposa logró llegar hasta él y lo apartó discretamente para decirle en voz baja: «Querido, estás frente a un espejo».

La psicología nos dice que la proyección es un mecanismo de defensa que consiste en atribuir nuestras propias faltas a los demás; es algo común en nuestros días. El Señor nos invita a ungir nuestros ojos con colirio para que nos demos cuenta de nuestra verdadera condición espiritual. Una vez que lo hagamos, el Espíritu Santo nos motivará a quitar primero la viga de nuestros ojos antes que señalar a nuestros prójimos para que realicen cambios en sus vidas.

¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? —Mateo 7:3

«Si los hombres desean colocarse donde Dios pueda usarlos, no deben criticar a los demás para poner de relieve sus defectos. Esto constituye la tentación especial de Satanás por medio de la cual se esfuerza por estorbar la obra» (Mi Crecimiento en Cristo).

«No debemos dar ocasión para criticar. Un momento de impaciencia, una simple respuesta áspera, la carencia de amabilidad y cortesía cristianas en algunas cosas pequeñas, pueden dar por resultado la pérdida de amigos, la perdida de la influencia. Dios desea que nos presentemos lo mejor posible bajo todas las circunstancias: en presencia de aquellos que son subalternos como también en la presencia de nuestros iguales y superiores» (Mi Crecimiento en Cristo).

Hoy no me voy a rendir


Señor amado, hoy no quiero fingir que todo está bien. No quiero aparentar una fortaleza que no tengo ni decir “estoy bien” cuando por dentro algo me pesa. Pero tampoco quiero quedarme atrapado en el dolor. Quiero levantar la mirada y recordarme que tengo un Padre que ve mis lágrimas, que escucha mis suspiros, y que se sienta a mi lado cuando todo parece derrumbarse.

Tú conoces los detalles que nadie más ve. Esos momentos en los que sonrío por fuera y lloro por dentro. Esas noches en que me cuesta dormir porque el corazón está inquieto, cansado, confundido. Pero justo ahí, en medio del caos, Tú apareces. A veces en un versículo, otras veces en una canción, o simplemente en ese susurro suave que me dice: “Estoy contigo”.

Y aunque no entiendo muchas cosas, una sí tengo clara: no estoy solo. Tú caminas conmigo, Tú me recoges cuando tropiezo, Tú secas mis lágrimas sin juzgarme. Gracias por no esperar que sea perfecto, gracias por abrazarme incluso cuando me siento roto.

Hoy no me voy a rendir. Hoy elijo confiar. Aunque haya nubes, creo que el sol sigue ahí. Aunque haya dolor, sé que estás trabajando. Aunque no vea el final, creo en tus promesas. Y si tú dices que un día enjugarás cada lágrima… entonces voy a seguir adelante con fe, con esperanza, y con el corazón en tus manos.

Quédate conmigo, Señor. No me sueltes. Porque si estás a mi lado, todo se vuelve más llevadero. Gracias por tu amor que nunca falla. Gracias por tu paciencia, por tu ternura, por tu fidelidad. Hoy te necesito… y aquí estoy.

Amen


jueves, 1 de mayo de 2025

Proverbios :: Vivamos con Un Corazón Misericordioso

Cita Bíblica del día de hoy: Proverbios 19:22.

Proverbios 19:22 Reina-Valera 1995
22 Una satisfacción es para el hombre hacer misericordia, y mejor es un pobre que un mentiroso.

Vivamos con Un Corazón Misericordioso.


Una virtud fundamental cristiana es ser misericordioso, que nos enseña a amar y servir a los demás sin buscar nada a cambio, la cual se debe practicar de manera constante. Ser misericordioso es sentir el dolor de otra persona y hacer algo para aliviar su dolor, ayudar en la necesidad.

La misericordia es un acto más puro de amor, que se extiende más allá de las diferencias culturales, raciales y económicas. Podemos sentir una satisfacción al ayudar y hacer misericordia, nos hace sentir bien y encontrar sentido en la vida, dentro de una sociedad cada vez más individualista y materialista. 

Hacer misericordia es también un acto de humildad, porque no se busca honores ni reconocimientos. Si vamos a realizar actos de misericordia, que sean con honestidad y no con mentiras, podemos ser de bendición con lo poco que tenemos, que mentir para no ayudar.  

He aquí una invitación a vivir con un corazón misericordioso en cada momento y en cada oportunidad, recordando que, a pesar de las dificultades que enfrentamos, lo más valioso es el amor que compartimos, ese amor que Dios nos ha dado, que transforma vidas. Yo quiero ser una persona misericordiosa, Y ¿TÚ?, Te lo dejo de tarea.



Primero, tomados de Su mano

Señor, antes de que el día avance y empiece a correr detrás de pendientes, metas y anhelos, quiero detenerme aquí, contigo. No quiero caminar por mi cuenta. No quiero confiar solo en mi lógica ni en mi fuerza. Porque ya he probado lo que es avanzar sin ti… y siempre termino cansado, confundido o frustrado.

Hoy vengo a entregarte todo lo que hay en mi corazón. Mis planes, mis ideas, eso que me emociona pero también me asusta. Tú sabes bien lo que deseo, pero también sabes si eso me conviene o no. Y aunque a veces me cueste entenderlo, quiero confiar en tu sabiduría más que en mis impulsos.

Enséñame a planear contigo, a soñarlo todo contigo, a no dar un paso sin mirar primero al cielo. Quiero tener la paz de saber que lo que estoy construyendo tiene tus huellas desde el inicio. Que cada esfuerzo está en tus manos y no solo en las mías.

Si me toca esperar, dame paciencia. Si debo cambiar de rumbo, dame humildad. Y si lo que viene es más grande de lo que imagino, prepárame. Pero, por favor, no permitas que avance solo por inercia o terquedad.

Guía mi día, Señor. Ayúdame a escuchar tu voz incluso en medio del ruido de las obligaciones. Que cada decisión, por pequeña que parezca, esté guiada por Ti. Porque contigo a mi lado, lo simple se vuelve eterno… y hasta lo difícil tiene sentido.

Gracias por ser mi guía, mi refugio y mi mejor plan.


miércoles, 30 de abril de 2025

Proverbios :: La Sabiduría de Dios Guía Nuestros Planes.

Cita Bíblica del día de hoy: Proverbios 19:21.

Proverbios 19:21 Reina-Valera 1960
21 Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; más el consejo de Jehová permanecerá. 

La Sabiduría de Dios Guía Nuestros Planes.

Es parte de la naturaleza del ser humano tener sueños y deseos, planificar para lograrlos y prepararse para el futuro. Algunos de estos planes y sueños pueden ser sabios y otros pueden ser necios, pero hay muchos, muchísimos pensamientos y planes en el corazón.

Hacer planes es algo bueno y todos debemos hacerlos. Sin embargo, cada plan debe hacerse buscando la sabiduría y la voluntad de Dios. Santiago 4:13-15 lo expresa así: “todos los que dicen: hoy iremos a la ciudad y trabajaremos un año y ganaremos, pero no saben si habrá un mañana, porque la vida se acaba rápidamente, mejor digan: Si Dios quiere viviremos y haremos esto”. (Paráfrasis)

Esto nos debe recordar que, aunque tengamos muchos planes en nuestro corazón, solo el plan de Dios permanecerá, es decir, si buscamos hacer su voluntad, podemos alinear nuestros planes con los de Él para su honra y gloria, para ser de bendición a otros. ¿Cómo hacerlo? Orando y buscando en Su Palabra.

Es fácil dejarnos llevar por nuestros “sabios” planes, y más hoy que podemos usar la IA (inteligencia artificial). Pero un hijo de Dios sabe que nuestra sabiduría es finita e imperfecta y que puede alejarnos de Dios, es por eso que, busca primero el reino de Dios, porque sabe que Dios le da todo lo demás. Yo lo sé y lo haré, Y ¿TÚ?, Te lo dejo de tarea.



Esperanza en medio del desánimo


Todos perdemos la esperanza de vez en cuando, especialmente cuando las cosas no salen bien. Naturalmente, nos cansamos más cuando nadamos contra la corriente y lidiamos con oposiciones.

Es mucho mejor cuando alguien que amamos camina con nosotros en esos momentos difíciles y nos dice: ¡tú me importas a mí…! Ayuda mucho saber que no estamos solos en la vida.

En cierta ocasión Jesús dijo a Simón: pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte… (Lucas 22:32). Es un consuelo saber que Jesús ora para que mantengamos nuestra fe, a pesar del pecado que nos ha llevado a los problemas que podemos estar viviendo.

La fe no es solo una cuestión individual, ella encierra también nuestra relación con Dios. Y Dios quiere que nuestra relación crezca.

«puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe; el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.» Hebreos 12:2

Cuando tenemos que caminar sobre un puente que se tambalea y abajo tenemos un abismo, es mejor fijar los ojos en algo inmóvil que este al final, del otro lado. Mirar hacia atrás o hacia abajo implica un riesgo mortal para nuestra vida espiritual. El miedo se apodera de nosotros, perdemos el equilibrio y nos caemos.

Ante los abismos y peligros de la vida, Dios nos dice que miremos fijamente a Jesús y prosigamos. Él, que intercede por nosotros, nos llenará de valor y esperanza y hará que triunfe nuestra fe.



Cuando siento que ya no me puede pasar nada...



Padre amado, hay días en los que me siento fuerte, invencible incluso. Días en los que todo parece ir tan bien que, sin darme cuenta, empiezo a confiar más en mí que en Ti. Me digo a mí mismo que estoy firme, que ya superé ciertas batallas, que “eso a mí no me pasaría”. Y en medio de esa seguridad aparente, dejo de vigilar, dejo de orar como antes, dejo de buscarte con la misma intensidad.

Pero tú, Señor, que conoces mi corazón mejor que nadie, sabes lo fácil que es tropezar cuando uno cree estar firme. Sabes que, en el fondo, sigo siendo tan humano como siempre. Que basta un mal pensamiento, una palabra mal dicha, un instante de orgullo o descuido, para que mi alma se resbale.

Hoy me acerco a ti con sinceridad, sin máscaras. No para aparentar que lo tengo todo bajo control, sino para decirte que te necesito. Te necesito en mis decisiones, en mis emociones, en mis reacciones. Te necesito en lo que digo, en lo que pienso, en lo que callo. Ayúdame a no confiar tanto en mi capacidad de “mantenerme firme”, sino en tu poder para sostenerme.

Enséñame a vivir alerta, pero no con miedo. A ser humilde, sin sentirme débil. A caminar confiado, pero nunca confiado en mí mismo. Enséñame a reconocer cada advertencia que pones en el camino y a escuchar con atención cuando tu Espíritu me susurra: “ten cuidado, no estás solo, pero tampoco eres invencible”.

Y si en algún momento caigo, que no me gane la culpa ni el orgullo. Que corra hacia ti con lágrimas sinceras y el corazón abierto. Que me levante no por mi fuerza, sino por tu misericordia. Porque tu gracia no se agota, y tus brazos siguen ahí, extendidos para los que reconocen que aún te necesitan.

Gracias por tu paciencia. Gracias por amarme incluso cuando olvido que soy polvo. Gracias por recordarme, una y otra vez, que estar firme no es cuestión de perfección, sino de comunión contigo.

Hoy, Señor, camino tomado de tu mano. Con los ojos abiertos, con el alma despierta, y con la fe puesta no en mí… sino en Ti.



martes, 29 de abril de 2025

Proverbios :: La Palabra de Dios nos Aconseja y Corrige para ser Sabios

Cita Bíblica del día de hoy: Proverbios 19:20.

Proverbios 19:20 Reina-Valera 1995.

19 Escucha el consejo y acepta la corrección: así serás sabio en tu vejez.

La Palabra de Dios nos Aconseja y Corrige para ser Sabios.

Si deseamos ser sabios, hay algo muy importante que debemos hacer es: escuchar el consejo y aceptar la corrección. Cuando escuchamos la experiencia y sabiduría de otros, podemos aprender de sus éxitos y fracasos, evitando así, cometer los mismos errores. 

Aceptar la corrección puede ser difícil, pero es parte escénica del crecimiento y madurez. Nuestras propias percepciones y pensamientos son limitados que nos llevan por caminos equivocados. Cuando aceptamos la corrección, identificamos errores y debilidades que podemos mejorar en nuestra vida. 

Lo mismo sucede en nuestra vida espiritual, si somos capaces de recibir el consejo y la corrección de creyentes maduros y firmes en la fe, pero sobre todo, de la Palabra de Dios. “Toda escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, redargüir, para corregir, para instruir en justicia” 2 Timoteo 3:16. 

La Biblia, inspirada por Dios, es la regla de fe y práctica de los hijos de Dios. En ella Dios nos enseña el camino a seguir, pero si nos desviamos, nos redarguye o nos lo hace ver para corregirnos y volvernos al camino de justicia. Un hijo sabio de Dios acepta el consejo y la corrección de Dios en su Palabra, para ser sabio. Yo quiero ser sabio en la Palabra de Dios, Y ¿TÚ?, Te lo dejo de tarea.



El perdón: Una dura prueba





Sin lugar a dudas, una de las cosas más difíciles de ser cristiano es perdonar. ¿Cómo perdonar al amigo que te traiciona, a la novia o novio que te engaña, o al profesor que te humilla ante tus compañeros?

La experiencia de Corrie Ten Boom nos puede ayudar. Corrie creció en un hogar donde las puertas siempre estaban abiertas para atender a la gente necesitada. Por eso, cuando en el año 1940 los nazis invadieron Holanda, su país natal, no pasó mucho tiempo antes de que su casa se convirtiera en un refugio para perseguidos políticos.

A pesar de que arriesgaban sus vidas, los Ten Boom realizaron esta labor humanitaria durante varios años, hasta que un espía los denunció a la Gestapo (la policía secreta nazi). Fue así como el 28 de febrero de 1944, la Gestapo tomó por asalto la casa de los Ten Boom y llevó prisioneros a todos los que se encontraban allí. El padre de Corrie murió a los diez días de haber sido apresado. Betsie, su hermana, murió en el campo de concentración donde ambas fueron recluidas.

El 30 de diciembre de 1944 Corrie fue liberada, y entonces tuvo que enfrentar la prueba más dura: ¿Podría perdonar a los culpables de la muerte de su padre y de su hermana? La respuesta no tardó mucho en llegar.

Poco después de la rendición de Alemania, Holanda fue liberada. Entre los arrestados por crímenes de guerra se encontraba el espía que los había denunciado. Ese hombre era un traidor. Con el fin de engañarla, le había dicho a Corrie que necesitaba ayuda para liberar a su esposa. Ella creyó su historia y le dio dinero. Luego él, al igual que Judas, salió de allí directo a traicionarla. Pero ahora estaba condenado a muerte. ¿Qué hizo ella? Le envió a la prisión una carta que decía: «Recuerde que Jesús murió por usted en la cruz. Si cree en él y desea ser su hijo, será salvo por la eternidad. Yo lo he perdonado. Y Dios también lo perdonará, si usted se lo pide» (Pam Rosewell Moore, Life Lessons from the Hiding Place [Lecciones de vida desde el refugio secreto], p. 116).

Perdónanos el mal que hemos hecho, así como nosotros hemos perdonado a los que nos han hecho mal. —Mateo 6:12

¿Hay alguien a quien no has podido perdonar? Hoy es un buen día para sacar esa espina de tu corazón.

Dios mío, ayúdame a perdonar a quienes me han hecho mal, de la manera que tú me has perdonado.

lunes, 28 de abril de 2025

Proverbios :: Mantengamos la Ira Bajo Control.

Cita Bíblica del día de hoy: Proverbios 19:19.

Proverbios 19:19 Reina-Valera 1995
19 Él que se deja arrebatar por la ira llevará el castigo, y si usa de violencia, añadirá nuevos males. 


Mantengamos la Ira Bajo Control.


La ira es un sentimiento común y natural que experimentamos todos, cuando la ira se sale de control, puede causar daño a nosotros mismos y a los demás. La ira, es como una ruina arqueológica que se derrumba y rompe todo sobre lo que cae y, si con la ira, dañamos al prójimo, lo pagaremos en persona. 

La ira puede ser desencadenada por muchas cosas, como el estrés, la frustración y la decepción, también cuando nos sentimos amenazados o insultados. Los efectos de la ira pueden ser físicos y emocionales, alta presión, dolor de cabeza, problemas estomacales, insomnio, conductas agresivas, violencia y abuso. 

Quien no puede controlar su ira tendrá problemas una y otra vez. Pero tener el control sobre la ira no siempre es fácil, pero es importante para nuestra salud física, mental y emocional. Gálatas 5:23 nos habla del fruto del Espíritu: “mansedumbre, templanza”, es decir, que tener dominio propio es un don del Espíritu Santo. 

Como hijos de Dios, no debemos permitir que la ira “nos gane” la batalla. Cuando nos enfrentemos a situaciones que detonan nuestra ira, oremos pidiendo amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, mansedumbre y templanza, para glorificar a Dios con nuestras acciones. Yo no dejaré que la ira me gane, yo me refugiaré en Dios, Y ¿TÚ?, Te lo dejo de tarea.


domingo, 27 de abril de 2025

El vaso con agua



Un psicólogo en una sesión grupal levantó un vaso de agua, todo el mundo esperaba la típica pregunta: ¿Está medio lleno o medio vacío? Sin embargo, preguntó:

– ¿Cuánto pesa este vaso?

Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos.

El psicólogo respondió: “El peso absoluto no es importante, depende de cuánto tiempo lo sostengo".

Si lo sostengo 1 minuto, no es problema, si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo, si lo sostengo 1 día, mi brazo se entumecerá y paralizará.

El peso del vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado, más difícil de soportar se vuelve.”

Y continuó: “Las preocupaciones son como el vaso de agua.
Si piensas en ellas un rato, no pasa nada.
Si piensas un poco más empiezan a doler y si piensas en ellas todo el día, acabas sintiéndote paralizado, incapaz de hacer nada.”

«Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús». Filipenses 4:6-7


¡Acuérdate de soltar el vaso!

No me falta nada, aunque a veces lo olvide


Señor amado, hoy me levanto con esa mezcla de gratitud y cansancio que a veces no sé ni cómo explicar. Tengo tanto por agradecer… y, al mismo tiempo, hay momentos en que siento que me falta todo. ¿Te ha pasado, Señor? Sé que me entiendes, porque conoces mi corazón como nadie más.

A veces miro a mi alrededor y me invade la idea de que no tengo lo suficiente: no suficiente fuerza, no suficiente tiempo, no suficiente fe. Pero cuando vuelvo a tu Palabra, cuando cierro los ojos y respiro hondo, me acuerdo de algo que lo cambia todo… ¡Tú ya me diste lo que necesito!

Me diste vida. Me diste propósito. Me diste fe. Me diste tu Espíritu. Y sobre todo, me diste a Jesús. ¿Cómo podría pensar que me falta algo, si tengo al Dios del cielo caminando conmigo?

Hoy quiero vivir diferente. No desde la escasez, sino desde la abundancia que viene de ti. No desde la queja, sino desde la confianza. No desde la ansiedad, sino desde la certeza de que si Tú estás en mi barca, aunque se levanten las olas, no me hundo.

Gracias, Señor, por recordarme que no estoy incompleto. Que lo que ya tengo en ti es suficiente para enfrentar este día con esperanza, con fuerza y con fe. Enséñame a valorar lo que Tú pusiste en mí, a usarlo con sabiduría y a dejar de mirar lo que no tengo.

Hoy camino contigo, con el corazón ligero, con los ojos puestos en lo eterno y con la alegría de saber que no me falta nada… aunque a veces lo olvide.




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