La misión del cristianismo evangélico se centra fundamentalmente en lo que se conoce como la
Gran Comisión, tal como se describe en los evangelios, especialmente en Mateo 28:19-20.
Según la propia parábola y otras enseñanzas de Jesús, la buena tierra se define por dos características principales: escuchar y entender la Palabra, y luego producir fruto y perseverar.
1. Despejar el Camino (Quitar la Dureza)
La tierra junto al camino es dura e impermeable, impidiendo que la semilla penetre. Esto representa un corazón duro, orgulloso o indiferente.
Acción:Arrepentimiento y Humildad.
Versículo clave: "Arrepentíos, pues, y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados..." (Hechos 3:19, RVR60).
Cultivo: Necesitas pedirle a Dios que ablande tu corazón y confesarte dispuesto a cambiar la dirección de tu vida, eliminando las actitudes de orgullo o desinterés que impiden la entrada de la Palabra.
2. Profundizar las Raíces (Quitar las Piedras)
La tierra pedregosa permite un crecimiento rápido, pero poco profundo, lo que causa que la planta se seque ante la primera dificultad. Representa a quienes tienen una fe superficial y emocional.
Acción:Estudio Profundo y Comunión Constante.
Versículo clave: "Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí." (Juan 5:39, RVR60).
Cultivo: La raíz se profundiza a través del tiempo constante con la Palabra, la oración perseverante y la comunión con otros creyentes. Esto construye una fe que resiste la prueba y la persecución.
3. Eliminar las Malezas (Quitar los Espinos)
Los espinos representan las preocupaciones y distracciones que ahogan el fruto de la Palabra. Jesús identificó estos espinos como:
Las ansiedades de esta vida.
El engaño de las riquezas.
Los placeres (Lucas 8:14).
Acción:Priorizar y Vivir el Desprendimiento.
Versículo clave: "Busquen primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas." (Mateo 6:33, NVI).
Cultivo: Esto requiere disciplina y sacrificio. Es un proceso continuo de examinar qué "espinos" están robando tu tiempo, energía y atención (el materialismo, las ambiciones desmedidas, el ocio excesivo) y sustituirlos por actividades que nutran tu vida espiritual.
4. Producir Fruto y Perseverar (La Verdadera Buena Tierra) 🌳
La buena tierra es la que no solo oye y entiende, sino que retiene la Palabra y da fruto con perseverancia.
Acción:Obediencia y Amor Activo.
Versículo clave: "Pero la que cayó en buena tierra, son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia." (Lucas 8:15, RVR60).
Cultivo: El fruto del que habla la Biblia es el Carácter de Cristo (Gálatas 5:22-23: amor, gozo, paz, paciencia, etc.) y las buenas obras (Efesios 2:10). La perseverancia es la clave: seguir dando fruto a pesar de los desafíos y las demoras.
'Así que, por sus frutos los conoceréis. '
San Mateo 7:20
En resumen: Para cultivar la buena tierra, debes comprometerte con una vida de arrepentimiento, estudio profundo de la Biblia, eliminación de distracciones mundanas y obediencia constante que se manifiesta en el amor.
El concepto de ser "hijos de Dios" en el Nuevo Testamento no se refiere a la creación general, sino a una relación espiritual específica que se obtiene a través de la fe en Jesucristo.
🕊️ ¿Quiénes Son Hijos de Dios? Un Desarrollo Bíblico
La Biblia distingue entre ser creación de Dios (lo cual aplica a toda la humanidad) y ser hijos de Dios (un estado de relación espiritual).
1. La Adopción a Través de la Fe en Jesucristo ✝️
El punto clave para ser llamado "hijo de Dios" es la aceptación de Jesucristo y la fe en Él. La Biblia enseña que esta relación es un regalo de gracia, no algo ganado por mérito.
Juan 1:12 (RVR60): "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios."
Comentario: Este versículo es fundamental. Indica que la potestad (el derecho o la capacidad) de ser hecho hijo de Dios se otorga solo a aquellos que reciben y creen en Jesús.
Gálatas 3:26 (NVI): "Así que todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús."
Comentario: Subraya que la fe en Cristo es el medio por el cual se establece esta filiación.
2. La Obra del Espíritu Santo: Nacer de Nuevo 💧
Ser un hijo de Dios también se describe como un "nuevo nacimiento" o nacer del Espíritu. El Espíritu Santo es quien sella esta nueva relación y da testimonio en nuestro interior.
Romanos 8:14 (NVI): "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios."
Romanos 8:16 (RVR60): "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios."
Comentario: El Espíritu Santo es la evidencia y el guía de la nueva vida, confirmando nuestra identidad como hijos.
3. Misericordia y Gracia: La Base de la Relación 🙏
Como mencionaste, esta filiación se basa enteramente en la misericordia y la gracia de Dios, no en nuestra propia justicia o esfuerzo. Es un acto de adopción divina.
Efesios 2:8-9 (NVI): "Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte."
Comentario: Este es el pilar de la fe: la salvación y la filiación son un regalo inmerecido (gracia), un acto de amor y compasión (misericordia).
Al final de este Blog tenemos como guiarte y Crecer en Cristo
💡 Conclusión: La Diferencia Fundamental
NO todos somos hijos de Dios en el sentido bíblico de relación y herencia.
Concepto
Aplicación
Versículo Clave
Creación de Dios
Toda la humanidad, por el hecho de haber sido creados por Él.
Hechos 17:28: "Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos."
Hijos de Dios
Aquellos que han recibido a Jesucristo como Salvador y creen en Su nombre.
Juan 1:12: "...les dio potestad de ser hechos hijos de Dios."
Ser un "hijo de Dios" es, por lo tanto, un privilegio espiritual que transforma nuestro estatus de criaturas a herederos, conseguido únicamente a través de la fe en Jesucristo, la gracia de Dios y la guía del Espíritu Santo.
La Contraste: Evidencias de No Ser Hijo de Dios
La Primera Epístola de Juan, en particular, es muy explícita al señalar las diferencias entre los hijos de Dios y los que no lo son.
1. La Práctica Habitual del Pecado y la Rebeldía
Si la vida de una persona está marcada por una tendencia constante, habitual e impenitente a la desobediencia y la rebeldía (no solo caídas ocasionales, sino un estilo de vida), la Biblia lo señala como una evidencia de no haber nacido de Dios.
1 Juan 3:8 (NVI): "El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio. Precisamente para esto ha venido el Hijo de Dios: para destruir las obras del diablo."
Comentario: Aquí se usa la palabra "practica" (como una constante) en contraste con la naturaleza que se espera en un hijo de Dios, que es la de Jesús.
1 Juan 3:10 (RVR60): "En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios."
Comentario: La injusticia y la falta de amor son vistas como las acciones que definen a quienes no pertenecen a Dios.
2. El No Guardar Sus Mandamientos (Desobediencia) 📜
La obediencia no es el medio para ser hijo, sino la prueba de que ya lo eres y que lo amas. Si hay un rechazo consciente y continuo a los mandamientos (como estilo de vida), la relación no es genuina.
1 Juan 2:4 (NVI): "El que afirma: «Yo lo conozco», pero no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él."
Juan 14:21 (RVR60): "El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él."
Comentario: Jesús vincula el verdadero amor y el conocimiento de Dios con la obediencia práctica. La desobediencia habitual sugiere que el amor y el conocimiento son superficiales o inexistentes.
3. Falta de Entendimiento y Guía Espiritual (Altas que no son para Dios) 🧘
El verdadero hijo es guiado por el Espíritu Santo y tiene una inclinación y capacidad para entender las cosas de Dios, mientras que aquel que no lo es, se enfoca en otras cosas (como "altares que no sean dedicados a Dios").
Romanos 8:14 (NVI): "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios."
Comentario: Si una persona es guiada constantemente por sus propios deseos (la carne) o por enseñanzas ajenas a la Palabra, no muestra la señal del Espíritu que es propia de un hijo.
1 Corintios 2:14 (NVI): "El que no tiene el Espíritu no acepta lo que viene del Espíritu de Dios, pues para él es una locura. Tampoco puede entenderlo, porque las cosas espirituales se disciernen espiritualmente."
Comentario: Si la Biblia es constantemente un libro incomprensible, aburrido o sin autoridad, es una señal de que el Espíritu (quien da la capacidad de discernimiento) aún no mora en esa persona.
💖 La Esperanza de la Misericordia
Es crucial recordar el punto que mencionaste en tu solicitud anterior: la filiación divina se obtiene por misericordia y gracia, aceptando a Jesús.
Si te identificas con las "señales" de no ser un hijo (rebeldía, desobediencia habitual, etc.), no significa que tu destino esté sellado, sino que necesitas moverte hacia el punto de inicio de la filiación.
La Biblia enseña que, cuando un ser humano se arrepiente de su rebeldía y cree en Jesucristo como su Señor y Salvador, Dios lo adopta instantáneamente, sin importar su vida pasada.
Romanos 8:1 (NVI): "Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús."
Lucas 15:20-24 (Parábola del Hijo Pródigo): El padre (Dios) no castiga al hijo que vuelve en su rebeldía, sino que corre a recibirlo y lo restablece inmediatamente como hijo, basándose en la misericordia.
El cambio de vida (obediencia, amor, entendimiento) NO te hace hijo; es el fruto que sale después de que la fe te hace hijo.
El Evangelio de Mateo presenta a Jesús como el Mesías prometido y el Rey de los judíos, el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento. Escrito principalmente para una audiencia judía, el libro enfatiza la genealogía de Jesús desde Abraham y David, demostrando su linaje real.
Temas principales:
Jesús como el Mesías: Mateo constantemente se refiere a las profecías del Antiguo Testamento que se cumplen en la vida, ministerio, muerte y resurrección de Jesús.
El Reino de los Cielos: Este es un tema central, con Jesús enseñando sobre su naturaleza, cómo entrar en él y sus implicaciones para los seguidores.
La autoridad de Jesús: Mateo presenta a Jesús como alguien que tiene autoridad para enseñar, sanar, perdonar pecados e interpretar la Ley de Moisés.
El discipulado: El libro destaca el llamado de Jesús a sus seguidores, las enseñanzas que les da y las expectativas que tiene de ellos.
El conflicto con los líderes judíos: Mateo narra la creciente oposición a Jesús por parte de los fariseos y otros líderes religiosos, quienes rechazan su afirmación de ser el Mesías.
El cumplimiento de la Ley: Jesús no vino a abolir la Ley, sino a cumplirla a través de su vida y enseñanzas, llevando la justicia a un nivel más profundo del corazón.
La inclusión de los gentiles: Aunque el enfoque inicial es en la audiencia judía, el evangelio también apunta hacia la inclusión de los gentiles en el plan de Dios.
Estructura:
Aunque existen diferentes maneras de estructurar el libro, una forma común de verlo es a través de cinco grandes bloques de enseñanza de Jesús, intercalados con narrativas de sus hechos y milagros:
El Sermón del Monte (capítulos 5-7): Enseñanzas sobre la justicia del Reino, incluyendo las Bienaventuranzas, la Ley, la oración y el juicio.
El Discurso Misionero (capítulo 10): Jesús instruye a sus doce discípulos antes de enviarlos a predicar y sanar.
El Discurso de las Parábolas (capítulo 13): Jesús enseña sobre el misterio del Reino de los Cielos a través de diversas parábolas.
El Discurso sobre la Comunidad de los Discípulos (capítulo 18): Enseñanzas sobre la humildad, el perdón y la disciplina dentro de la comunidad de creyentes.
El Discurso Escatológico (capítulos 24-25): Enseñanzas sobre el fin de los tiempos, la venida del Hijo del Hombre y el juicio final.
El libro concluye con la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, culminando con la Gran Comisión donde Jesús envía a sus discípulos a hacer discípulos de todas las naciones.
En resumen, el Evangelio de Mateo presenta un retrato completo de Jesús como el Mesías Rey, cuyas palabras y obras demuestran la llegada del Reino de los Cielos y llaman a sus seguidores a una nueva vida de justicia y discipulado.