Introducción: El Peso de Dos Letras
La palabra Fe, con su minimalismo de apenas dos letras, desafía la noción de que el significado profundo reside en la extensión. Procede del latín fides, que no solo implicaba "creencia" sino, fundamentalmente, lealtad, fidelidad y confianza radical.
Esta raíz etimológica es crucial: la Fe es la versión destilada de una virtud que permite la existencia de la amistad, del comercio, y de la sociedad misma. Es la certidumbre en la ausencia de prueba visible; la convicción de que el mañana llegará, de que la palabra se cumplirá, y de que la acción tendrá una consecuencia, incluso si el camino está envuelto en niebla. La Fe no es, por lo tanto, un mero asentimiento mental, sino un motor de vida que exige ser comprendido en su doble naturaleza: como convicción íntima y como fuerza impulsora.
"Entender la Fe etimológicamente es comprender que no es un concepto pasivo, sino un acto radical de voluntad y confianza
Pero, ¿de qué sirve esta herencia si solo la guardamos en un cajón? En el día a día, en el caos del trabajo, en la incertidumbre financiera o en las relaciones rotas, la Fe se pone a prueba.
Creer es fácil en la teoría, pero vivirla es el verdadero desafío. La gran pregunta no es si tienes Fe, sino... ¿dónde la pones cuando todo se derrumba?
Acompáñanos a descubrir cómo convertir esa convicción de dos letras en la fuerza más poderosa de tu semana."
