Señor, tú eres mi refugio y mi fortaleza, mi socorro y mi esperanza. En ti confío, y a ti me acojo. Tú eres el único que puede llenar el vacío de mi alma, y el único que puede sanar las heridas de mi corazón.
Pero a veces me siento lejos de ti, como si una nube oscura me separara de tu luz. A veces me dejo llevar por mis propios deseos, y me olvido de tu voluntad. A veces me dejo engañar por las tentaciones, y me aparto de tu camino.
Perdóname, Señor, por mis faltas y mis errores. Perdóname por las veces que te he ofendido, o que he hecho daño a los demás. Perdóname por las veces que he dudado de tu amor, o que he desobedecido tu voz.
Dios no te apartes de mí, sino acércate más a mí. Límpiame con tu sangre preciosa, y renuévame con tu Espíritu Santo. Restaura mi comunión contigo, y dame un corazón conforme al tuyo. Hazme sentir tu presencia y tu gracia, y dame la seguridad de tu perdón.
Dios no te apartes de mí, sino quédate siempre conmigo. Protégeme del mal y del peligro, y líbrame de todo temor y angustia. Provéeme de todo lo que necesito, y bendice a mi familia y a mis amigos. Guíame por el sendero de la justicia, y enséñame a hacer tu voluntad.
Dios no te apartes de mí, sino llévame más cerca de ti. Hazme crecer en la fe y en el amor, y ayúdame a servirte con alegría. Hazme un instrumento de tu paz y de tu verdad, y úsame para tu gloria. Llévame a la plenitud de tu propósito, y prepárame para tu venida.
Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario