39. La Renuncia al Auto-aborrecimiento

 | DÍA 39

📖 Porque nadie aborreció jamás a su propio cuerpo; más bien, lo sustenta y lo cuida tal como Cristo a la iglesia, 30 porque somos miembros de su cuerpo. 31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne. 32 Grande es este misterio, pero lo digo respecto de Cristo y de la iglesia. (Efesios 5:29-32.)

La historia comienza con Adina, quien pasa del profundo amor ("te amo con todo mi corazón 🥰") a un odio radical ("te odio con toda mi alma 😡") hacia su esposo. La ruptura interna que sufre la lleva a considerar seriamente el divorcio 🚪 como única solución.

Sin embargo, su fe 📖 la detiene. En consejería bíblica, Adina reflexiona sobre la verdad de ser "una sola carne" (un solo cuerpo) con su esposo, entendiendo que el aborrecerlo es auto-aborrecimiento y una ofensa a Dios.

Finalmente, Adina identifica su propia responsabilidad y se arma de valor para pedir perdón 🙏 a Dios y a su esposo. Al hacerlo, la pesada venda del odio cae de sus ojos, y es recibida por un esposo lloroso 😭 pero amoroso 🤗.

La enseñanza central es que renunciar al auto-aborrecimiento (ver al cónyuge como enemigo) permite:

1. Ver al cónyuge como tu propio cuerpo 🤝.

2. Intensificar el cuidado mutuo ✨.

3. Imitar el amor de Cristo por Su iglesia (Su cuerpo) 🙌.

El matrimonio de Adina se restaura al decidir aferrarse a la esperanza en Dios, prefiriendo la unidad y el perdón sobre la separación.

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