Proverbios 23:17-18 Reina-Valera 1960
17 No tenga tu corazón envidia de los pecadores, antes persevera en el temor de Jehová todo el tiempo; 18 Porque ciertamente hay fin, y tu esperanza no será cortada.

Si Dios está con Nosotros, No hay Nada que Envidiar.

La envidia es un sentimiento que corrompe nuestro corazón y nos aleja de Dios, crea amargura y resentimiento, afecta a cualquier persona sea joven o adulto. Quizás muchos ven a los pecadores disfrutando de muchas comodidades y bienes y las anhelan, porque su idea de felicidad está relacionada con la riqueza.

En lugar de envidiar a los pecadores, debemos tener temor de Dios todo el tiempo, un reconocimiento de Su grandeza y Su justicia. El temor de Dios es una breve descripción de la verdadera religión, es una condición interna de sumisión, obediencia y reverencia a Dios y, confiar por completo en Él.

Si esta vida y sus deseos fuera todo lo que hay, entonces sí tendríamos muchas razones para envidiar a los pecadores, su aparente libertad (libertinaje) su “alegre” despreocupación y angustia por las cosas espirituales y eternas. Pero todo esto tiene un final, aquí en la tierra (en la vida) y por la eternidad (En la muerte).

Como hijos de Dios, deberíamos tener más compasión por ellos en lugar de tener envidia, porque al tener un corazón temeroso de Dios, encontramos amor, gozo, paz, contentamiento. Tenemos a Dios a nuestro lado y Él nos da todo lo que necesitamos, si nos rendimos a Él y le entregamos nuestro corazón. Yo lo haré, Y ¿TÚ?, Te lo dejo de tarea.