Los niños jugaban alegremente sin preocupación, al no percibir el peligro que corrían. Cuando de pronto, el hielo se reventó y uno de los niños cayó al agua.
El otro niño, viendo que su amiguito era llevado por la ligera corriente unos metros más lejos y se ahogaba debajo del hielo, tomó una piedra empezó a golpear con todas sus fuerzas hasta que logró quebrarlo y así salvar a su amigo.
Un automovilista que pasaba, dio la alarma y corrió con una manta a socorrerlos, pero no se atrevía a ir más allá de la orilla, por temor al hielo quebradizo.
Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido, se preguntaron: ¿Cómo un niño tan pequeño fue capaz de romper un hielo de más de 5 centímetros de ancho?
- El hielo está muy grueso, es imposible que lo haya podido quebrar, con esa
piedra y sus manos tan pequeñas!!!!
En ese instante apareció un anciano, quien les dijo:
- Yo sé cómo lo hizo.
- ¿Cómo ?... Le preguntaron al anciano, quien contestó:
- No había nadie a su alrededor para decirle que era imposible que lo pudiera hacer.
La historia del niño que rompe el hielo para salvar a su amigo es un poderoso relato sobre la fe inquebrantable y la ausencia de limitaciones autoimpuestas. En la Biblia, encontramos varias narraciones que resuenan con esta idea, donde personajes logran lo aparentemente imposible al confiar plenamente y no dudar.
Ejemplos bíblicos de fe inquebrantable
Aquí te presento algunas historias bíblicas que comparten el espíritu de la historia del niño en el hielo:
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David y Goliat (1 Samuel 17): Un joven pastor, David, se enfrenta a un gigante filisteo, Goliat, un guerrero formidable que infundía terror en todo el ejército israelita. Nadie se atrevía a enfrentarlo. David, sin experiencia militar y armado solo con una honda y unas piedras, se presenta voluntariamente. Su fe en Dios era tan grande que no dudó ni por un segundo de que podía vencer a Goliat, a pesar de que todos a su alrededor lo consideraban una locura y un suicidio. No había "nadie a su alrededor para decirle que era imposible", porque su fe en Dios era más fuerte que cualquier voz de duda. Confiando en que Dios le daría la victoria, David derribó a Goliat con una sola piedra.
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Los israelitas cruzando el Mar Rojo (Éxodo 14): El pueblo de Israel, perseguido por el ejército egipcio, se encuentra atrapado entre el mar y sus enemigos. La situación era humanamente imposible: no tenían forma de escapar. Moisés, sin embargo, con la fe en Dios, extiende su mano y el Mar Rojo se divide, permitiendo que millones de personas crucen a pie seco. Los israelitas tuvieron que dar el paso de fe y caminar hacia un camino que no existía momentos antes. Su obediencia y confianza en la promesa divina les permitieron superar una barrera natural insuperable.
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Jesús camina sobre el agua (Mateo 14:22-33): Los discípulos de Jesús están en una barca en medio de una tormenta. Jesús se acerca caminando sobre el agua. Pedro, con un acto de fe asombroso, le pide a Jesús que lo llame para caminar también sobre el agua. Mientras mantuvo su mirada fija en Jesús y no dudó, Pedro fue capaz de hacer lo imposible. Solo cuando comenzó a dudar y a enfocarse en las circunstancias (el viento y las olas), empezó a hundirse. Esta historia resalta cómo la duda puede ahogar incluso la fe más audaz.
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La mujer con flujo de sangre (Marcos 5:25-34): Una mujer que había sufrido de una hemorragia por doce años, y había gastado todo su dinero en médicos sin encontrar alivio, escucha hablar de Jesús. Con una fe simple y absoluta, ella cree que si tan solo toca el borde del manto de Jesús, será sanada. La gente a su alrededor probablemente la veía como "impura" y la ley le prohibía estar en la multitud, pero ella superó esas limitaciones sociales y físicas. Su fe la impulsó a actuar, y fue sanada instantáneamente.
El poder de la fe y la creencia
En estas historias, al igual que en la del niño en el hielo, la creencia sin reservas en la posibilidad de lograr algo, sin la influencia de la duda o el escepticismo externo, es clave. Se trata de eliminar las voces internas y externas que susurran "es imposible" y confiar en una fuerza o capacidad que va más allá de la lógica humana. La fe, en el contexto bíblico, no es solo creer que algo puede suceder, sino actuar como si ya fuera una realidad, superando el miedo y las limitaciones percibidas.

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