En cierta ocasión se reunieron todos los dioses y decidieron
crear al hombre y la mujer; planearon hacerlo a su imagen y semejanza, entonces
uno de ellos dijo:
- Esperen, si los vamos a hacer a nuestra imagen y
semejanza, van a tener un cuerpo igual al nuestro, fuerza e inteligencia igual
a la nuestra, debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros, de no ser
asÃ, estaremos creando nuevos dioses.
- Debemos quitarles algo, pero, ¿Qué les quitamos?
Después de mucho pensar uno de ellos dijo:
- ¡Ya se!, vamos a quitarles la felicidad, pero el problema
va a ser en dónde esconderla para que no la encuentren jamás.
Propuso el primero:
- Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del
mundo; a lo que inmediatamente repuso otro: no, recuerda que les dimos fuerza,
alguna vez alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos
sabrán donde está.
Luego propuso otro:
- Entonces vamos a
esconderla en el fondo del mar,
- y otro contestó:
- No, recuerda que les dimos inteligencia, alguna vez
alguien va construir una máquina por la que pueda entrar y bajar y entonces la
encontrará.
Uno más dijo:
- Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra.
Y le dijeron:
- No, recuerda que
les dimos inteligencia, y un dÃa alguien va construir una nave en la que pueda
viajar a otros planetas y la va a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad
y serán iguales a nosotros.
-El último de ellos, era un dios que habÃa permanecido en
silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás dioses;
analizó en silencio cada una de ellas y entonces rompió el silencio y dijo:
- Creo saber en dónde ponerla para que realmente nunca la
encuentren, Todos voltearon asombrados y preguntaron al unÃsono: ¿En dónde?
- La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan
ocupados buscándola fuera, que no la encontrarán.
Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces ha sido asÃ,
el hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la trae
consigo...
La historia que se comparte sobre la búsqueda de la felicidad tiene paralelos con enseñanzas bÃblicas que nos recuerdan que la verdadera felicidad no se encuentra en lo externo, sino en nuestro interior y en nuestra relación con Dios.
En Lucas 17:21, Jesús dice: "El reino de Dios está dentro de vosotros." Esto nos enseña que la paz y la felicidad no dependen de circunstancias externas, sino de nuestra conexión espiritual.
También encontramos en Filipenses 4:11-13 la enseñanza de Pablo sobre el contentamiento: "He aprendido a estar contento cualquiera que sea mi situación." Esto refuerza la idea de que la felicidad no se encuentra en lo que poseemos, sino en cómo enfrentamos la vida con gratitud y fe.
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